martes, 15 de septiembre de 2009

5 días sin comer

Sin comer pero no sin beber. Efectivamente, hoy rompí mi ayuno con un vaso de leche con cacao en polvo, pero no piensen que fue algo impulsivo, simplemente me levanté muy rara. Y ante todo, quiero evitar los atracones, y me da la sensación de que en cuanto me pongan un plato delante me abalanzaré sobre él, y después de tanto esfuerzo, me daría mucha rabia meter la pata así. Dado que he estado 4 días completos sin alimentarme, ahora me propongo estar 5 más, es decir, del miércoles al domingo ambos inclusive, para el lunes tomar un pequeño descanso (¿zumo? ya veremos). Hay un asunto, y es que el sábado he quedado para ir a bailar a una discoteca, y no sé si después de una semana de ayuno estaré en condiciones... creo que me tomaré un par de cápsulas de guaraná, que tienen bastante cafeína, para tener energía porque si no no aguanto yo en pie hasta las 7 de la mañana, que es lo que pretenden mis amigas... otras que tal bailan, parece que solo saben hablar de comida y de salir a comer, como si no hubiera otro entretenimiento en este planeta. Me despido aunque intentaré redactar otra entrada en unas horas, quiero dejar constancia de todas las sensaciones que este ayuno está produciendo en mi cuerpo y en mi mente, para que los que se porpongan realizar uno, sepan a qué atenerse, y los que ya lo hayan hecho, comparen experiencias y me comenten lo que sintieron. Es una contradicción constante, por un lado me encuentro muy bien y no tengo nada de hambre, pero por otro, es como mi subconsciente me pidiera comida, de hehco esta noche soñé que me pegaba un atracón de bollos y chocolate. Y sí, tengo mareos pero no son nada del otro mundo, ni peores que los que tenía cuando hacía dieta hipocalórica, más bien me siento liviana y eso sí, muy atontada: apenas puedo mantener la concentración en la lectura, aun siendo ociosa (estoy releyendo El código Da Vinci). Y con esto y un bizcocho...

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