sábado, 12 de septiembre de 2009

De compras por Madrid

Cuando no tengo dinero, veo un montón de cosas que me gustan... y cuando mis padres me llevan de compras, no encuentro nada apropiado: los vaqueros más baratos son enormes, las botas con tacón bajo son horrorosas (¿por qué no fabricarán zapatos bonitos sin tacón? ¡quiero andar no subirme a una pasarela!), lo único que no me causa problemas es la ropa interior... aunque he de admitir que mi busto ha descendido, ahora tengo la 90B.
Después de recorrer todo Bravo Murillo y cada una de sus zapaterías (hablamos de una calle de 3 km de largo), me decidí por unas botas blancas con tacón de casi 9 cm, pero ancho (oh oh, más de uno pagaría por verme correr escaleras abajo cuando se me escape el tren... ya veréis como la lío). Pensaréis que la dificultad para hallar unas botas de mi gusto y de mi limitado presupuesto dependen de mi exigencia y no de Ana, pero creedme que con este cuerpo deforme, todo se complica; a saber: piernas y brazos esbeltos, barriga de embarazada de 6 meses, cara alargada y busto mediano. Vamos que todas las botas se me caen a la altura del gemelo, por eso me las tengo que poner con los vaqueros remetidos por dentro, o con calcetines haciendo bulto como ya he llegado a hacer...
En cuanto a los vaqueros, solo tengo un problema que deriva en otro: me pone muuuy nerviosa probarme y que me quede pequeño, y claro me los tengo que probar sola y hoy estaba con mis padres, pero logré despistarles un rato.
Nota mental: asesinar a quien vuelva a mencionar que hoy en día la ropa moderna se hace para chicas esqueléticas y que las rellenitas no encuentran nada para ellas. Por lo menos en España, líder europeo en sobrepeso (vamos a la carrera detrás de México creo, yupiiiii por fin ganamos en algo!! ya que siempre nos desbancan en los mundiales de fútbol...)
Lo cierto es que la 40 (talla 8 estadounidense) abunda mucho más que la 32 (talla 0 estadounidense), y quien diga lo contrario es que tiene una 48 y se queja de que no hay 40 por quejarse de algo, ya que con ese cuerpo no hay nada que te quede bien, no pongas excusas que los fabricantes textiles no tienen la culpa de tu flotador.
Finalmente cometí una pequeña locura y me agencié unos jeans skinny (así llama Bershka a este modelo) color morado talla.. 32! La más pequeña. Se me ha ido la olla del todo, lo sé, pero no tenían la 34 así que tuve que elegir entre la 36, que ya me viene, y la 32, y pensé que esta última me daría ánimos para continuar el ayuno hasta sus últimas consecuencias. La foto es de unos vaqueros parecedisímos pero de Pimkie, y de la 34, la talla que debería haber comprado...
¿Creéis que me pueden valer en 4 semanas o soy una puñetera ingenua...?

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